La aplicación de medidas de seguridad como por ejemplo las empresas de seguridad privada en estos últimos años se ha incrementado. Este auge se debe a múltiples factores que se entrelazan entre sí: la crisis, las desigualdades económicas y sociales, la corrupción, el paro, la falta de medidas legislativas contundentes para frenar y criminalizar la delincuencia, la represión, entre otros.
La seguridad de la ciudadanía se ha visto resquebrajada de forma abismal. En estos últimos años se puede evidenciar, tal y como se demuestran en estudios y balances, el aumento de la criminalidad. Esto constituye una amenaza para el bienestar y la cohesión integral de la sociedad, un riesgo que pone en evidencia las reales condiciones bajo las que estamos sometidos.
El hombre y la mujer se preocupan por su seguridad, se trata de algo instintivo, innato, propio de nosotros. Por ello, tanto familias como empresas se dedican a la contratación de servicios a empresas de seguridad privada para que garanticen la protección y seguridad de bienes y personas. Las condiciones sociales de estos últimos años han favorecido la proliferación de delitos, principalmente robos. Tanto viviendas como empresas se ven desprotegidas ante la ausencia de medidas contundentes para evitar posibles asaltos. En el Balance de Criminalidad que publica trimestralmente el gobierno se ve representado el auge de asaltos en las distintas comunidades que conforman nuestro país.
La seguridad es una condición esencial de los ciudadanos, de una comunidad de personas. Los daños de la ausencia de medidas y niveles de seguridad suponen una amenaza para la cohesión de una sociedad.
La delincuencia es un fenómeno cada vez más grande y las distintas fuerzas policiales del estado se ven desbordadas ante el aumento de criminalidad. Nuestro gobierno debe analizar y paralizar este aumento de delitos de forma contundente, pero no se trata de una tarea sencilla, pues son múltiples los elementos que engloban las causas que favorecen a que los individuos se dediquen a vulnerar los derechos.
Los delitos y la violencia son el pan de cada día de nuestra era. La ausencia de medidas contundentes pone en evidencia la carencia de seguridad. La falta de un compromiso real para entender los factores que influyen en la delincuencia mediante un profundo y exhaustivo análisis condiciona que nuestro bienestar individual y colectivo esté estancado.
La contratación de dispositivos de seguridad es cada vez más evidente. Hoy en día hallamos centenares y centenares de empresas de seguridad privada debido a la gran demanda de servicios. Las nuevas tecnologías han permitido la creación de dispositivos totalmente innovadores que ofrecen una gran efectividad en sus labores de seguridad y protección.
Los conceptos de seguridad están completamente claros y definidos, lo que necesitamos es que se ponga en práctica una serie de medidas preventivas en las que se erradique de raíz los factores que inciden en las personas que llevan a cabo delitos. Entender la situación social y económica de nuestro país es imprescindible. El respeto por los derechos fundamentales es indispensable para la armonía social y por ello debemos luchar contra la delincuencia.